Por Bayron Velásquez Paredes
Es necesario dar la
discusión acerca de cómo se implementan las políticas destinadas a las N.E.E en
el sistema educativo chileno de manera constante, sobre todo en los espacios
donde son formados los futuros profesores que serán los encargados de darle
forma a esta nueva educación que se ve venir en la ola de movimientos sociales que
se ha venido dando en nuestro país.
Las políticas que abordan
esta problemática no cumplen, o lo hacen de forma muy excepcional, con los
objetivos que deberían. Los resultados que la implementación de las políticas
que el estado chileno establece para las N.E.E son deficientes. Raramente los
estudiantes que requieren necesidades especiales permanentes son insertados al
mundo laboral una vez terminados sus estudios, por otro lado una gran cantidad
ni siquiera los termina. Esto tiene una explicación; las políticas elaboradas
para enfrentar las necesidades educativas especiales son funcionales al mismo
modelo que sustenta nuestro fracasado sistema educativo.
La realidad es la
siguientes; las escuelas del área pública no están preparadas para entregar un
espacio de capacitación, educación, y desarrollo a aquellos alumnos que tengan
necesidades educativas especiales, y por otra parte, sus hogares además de ser
carentes de las condiciones para ellos, carecen muchas de las cuestiones
fundamentales que un ser humano en general necesita, es decir, pertenecen al
sector económico bajo de la sociedad.
Son los alumnos
discapacitados de las clases bajas los que sufren mayor discriminación, y los
que se ven más afectados por el mal sistema educativo de Chile. Y aunque los
colegios estuvieran bien equipados, una vez finalizada la jornada escolar los
alumnos volverían a sus hogares a seguir sumiéndose en su realidad; no solo
requieren de formas educativas especiales, también requieren y aclaman por
justicia social, por justicia económica y política para ellos y sus familias.
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